Por Raquel del Castillo Fotos: Canva
Harina, yemas y un poco de agua es lo que necesitamos para obtener uno de los alimentos más ricos en historia y tradiciones. De origen asiático, su consumo se expandió por todo el mundo, coronando a Italia como el país referente, donde se ha convertido en parte de la dieta básica y el pretexto ideal para que otros ingredientes sean el complemento perfecto de la pasta, como lo son el aceite de oliva, el parmigiano reggiano, el peperoncino, la mantequilla y la trufa, por mencionar algunos de sus básicos mediterráneos.
Festejamos el Día Mundial de la Pasta desde 1995, cuando en el primer Congreso Mundial de la Pasta, en Roma, se propuso dedicarle un día en reconocimiento a su importancia cultural e histórica.
Esta celebración se expandió por el mundo, y es por eso que ahora en México se festeja de la mano de marcas y restaurantes especializados en cocina italiana. De acuerdo con Kantar Worldpanel, el 99% de los mexicanos la incluyen en su plato, con un consumo anual de 11 kilogramos per cápita.
Un dato curioso sobre su consumo en México es que, durante la pandemia, el consumo de pasta seca se disparó un 20%, según la periodista Alejandra Rodríguez en un reportaje publicado en El Financiero. Esto se debió a que la pasta es un producto económico, con La Moderna ocupando el 40% del mercado, seguida de Barilla Holdings con un 13%.
Además de las opciones disponibles en autoservicios, los restaurantes enfocados en cocina italiana ofrecen opciones de pastas frescas hechas a mano y cocinadas al momento, un esfuerzo que atrae a los comensales debido a su autenticidad.
Por otro lado, al ser un alimento tan democrático, la pasta, en cualquiera de sus presentaciones, está presente no solo en restaurantes; también la encontramos en fondas, mercados y hasta en tiendas de autoservicio en el área de comida preparada. Sin duda, es una oportunidad de negocio accesible para cualquier presupuesto.
¿Cuál es el mejor plato de pasta que has comido?
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